Mi relación con el Yoga
Algo se sabe, algo se ha oído...
El Yoga, lo que hace unos años era cosa de hippies, de raros e incluso marginados… a día de hoy está en boca de todos y ,aún sin haberlo practicado, cualquier persona lo puede identificar o relacionar con mantras o posturas físicas. Algo se sabe, algo se ha oído, alguien cercano lo práctica o incluso se dedica a ello.
Cuando empecé a dar clases en gimnasios nos tenían por raros, recuerdo que un compañero me dijo un día: «¿tu eres muy normal para ser profe de Yoga, no? en otro sitio he visto que después de las clases la gente se abraza, entre el incienso y la música rara parece un poco secta.» Cada vez que lo pienso me hace gracia. A día de hoy lo encontramos en gimnasios, spas, en la oficina, en eventos, en internet, en los lugares más variopintos encontrarás una clase de Yoga.
Para mí fue Amor a primera vista, no me enamoré de las asanas, no me acerqué por gusto a la práctica. Tuve que ponerme en la esterilla porque venía incluido y he de reconocer que me daba algo de pereza. Mi interés siempre fueron la filosofía, la cultura y forma de vida. Sin embargo las Asanas me reconciliaron con el cuerpo, me enseñaron a escucharlo, cuidarlo, respetarlo y lo más importante a quererlo y aceptarlo tal cual es. Como en todas las relaciones, tengo momentos de más o menos conexión, momentos en los que incluso me bloqueo o me siento estancada, pero la esterilla siempre está ahí dándome la oportunidad de transformar esos obstáculos, me da la oportunidad de volver al presente, de tomarme con humor las caídas viéndolas como oportunidades para levantarme de nuevo y encontrar dentro lo que necesito en cada momento. Y aunque no todo es siempre de color rosa sé que para mí ésta es una relación para toda la vida.
Reflexionemos
Te invito a realizar una reflexión para entender qué relación tienes con la práctica y de qué forma la llevas al día a día.
¿Qué es para ti el Yoga?
¿Cómo ha influido en tu vida, tus hábitos o relaciones?
¿Por qué te acercas a las esterilla? ¿Qué te ha llevado hasta allí?
Son cuestiones que, desde mi punto de vista, merece la pena plantearse. Si quieres compartirlas estaré encantada de conocer tu experiencia.
NAMASTE
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