YOGA

Yoga
“El objetivo final del yoga es conseguir una mente estable en un cuerpo sano”. Patanjali
El yoga se adapta a las circunstancias de cada persona, por eso en las clases, nos ayudarnos de cinturones o soportes si es necesario, ladrillos, mantas, pared, sillas…
Práctica de asanas (posturas) cuidando la alineación, y permaneciendo atentos a la respiración. La respiración nos enseña a fluir, nos recuerda que la vida es movimiento y cambio. El yoga nos enseña a abrirnos a esos cambios y a vivenciarlos de una forma más consciente. La práctica es una oportunidad para permanecer presentes, para cultivar la atención.
Todo lo que practicamos en una clase, no se trata de dejarlo en la esterilla, si no de intentar aplicarlo y dejar que se refleje en nuestro día a día.

Yoga restaurativo
Una práctica más suave y relajante, que ayuda a liberar tensión muscular, cansancio, estrés… una oportunidad para recuperarnos del desgaste cotidiano.
Una práctica con soportes, que nos permite mantener las posturas y sumergirnos en ellas a través de la respiración, suave y consciente, acercándonos a un estado de descanso, en el que el cuerpo y la mente se ven beneficiados.
A través de esta práctica se renueva la energía, se equilibra el sistema nervioso.
Este tipo de yoga terapéutico nos permite disfrutar de un descanso profundo.

Yoga prenatal
El embarazo es un momento muy importante en la vida de una mujer, en el que se producen muchos cambios a nivel fisiológico, anatómico y emocional. El yoga nos ayuda a vivenciar el embarazo de una forma más conciente, nos ayuda a sentir, comprender e integrar estos cambios preparándonos para el momento del parto.
Yoga suave en la que nos ayudamos de soportes para proteger las articulaciones y relajar el sistema nervioso, poniendo énfasis en la respiración. La práctica varía en función de las semanas de embarazo, se puede comenzar a partir de la 12 semana con autorización médica.

Yoga facial
Una de las partes más sensibles de nuestro cuerpo es el rostro. La cara es el mapa de nuestra vida, en ella se van grabando las emociones, tanto positivas como negativas.
En algunas de estas partes se concentran muchas de nuestras tensiones habituales: estrés, miedo, enfado…
A través de los ejercicios se tonifica, estira y relaja la musculatura facial, mientras se respira de forma consciente y relajada. Los ejercicios se combinan con técnicas de automasaje y digitopuntura para aumentar su eficacia.
Como resultado obtendremos un mejor tono muscular, mejor irrigación sanguínea, y unos rasgos más serenos y relajados. Al fortalecer los músculos atenuamos los pliegues y las arrugas y al mejorar el riego nutrimos y oxigenamos los tejidos desde las capas más profundas, con lo que mejora de forma visible la calidad y el tono de la piel.