Jorge Cebrián
Hace ya bastantes años (sobre unos 18) me inicié en la práctica del Tai-Chi, Qi-Gong y Meditación Zen, pero lamentablemente me fui alejando poco a poco de la práctica habitual y mi calidad de vida y de bienestar cotidiano se fue poco a poco viniendo abajo. En un momento determinado, hace ahora un par de años, tomé la firme de decisión de retomar la senda del equilibrio emoción-mente-cuerpo y tuve la gran suerte de «toparme» con las clases de Yoga de Elsa. Con ella tuve la suerte de iniciarme en la práctica del Hata Yoga y gracias a su esmerada, personal y atenta dedicación enseguida me aficioné. Gracias a mi compromiso y al hallazgo de Elsa y el Yoga, puedo decir que hoy en día me siento de nuevo conectado con mi esencia. Muchas gracias Elsa