Padma: el loto

«Padma» la flor de loto es también conocida como loto indio o rosa del Nilo, la que podéis ver en la imagen la fotografíe en India, Kerala.

Esta flor me enamoró desde la primera vez que la vi, no sólo por su belleza sino también por lo que representa.

Esta planta acuática surge del lodo. Nace en la oscuridad, de las profundidades de la tierra, que simboliza los apegos y deseos mundanos, elevándose y creciendo en busca de la luz y el aire puro y por ello está asociada al crecimiento y pureza espiritual.

Presente en diversas tradiciones y culturas de la Antigüedad podemos encontrarlo también en  la filosofía y práctica del Yoga.

Encontramos el loto representado en mandalas «círculos sagrados» de la tradición budista que a día de hoy podemos emplear para la práctica de meditación sencillamente observándolos, pintándolos o diseñarlos nosotros mismos.

Los chakras están vinculados a la flor de loto variando de color y número de pétalos siendo el séptimo, el más elevado, conocido como Sahasrara Padma «el loto de los mil pétalos».

La asana o postura que recibe su nombre «Padmasana» es una posición tradicional de meditación bastante exigente, no suelo recomendarla o introducirla en las clases porque considero que hay opciones mucho más amables, cómodas y sencillas.

También hay un mudra o gesto que hace honor a la flor de loto: Padma Mudra. En este gesto las manos se unen en su base y los dedos se abren como si fueran los pétalos de una flor. Este mudra nos ayuda a conectar con el centro del corazón abriéndonos a todos los sentimientos que surgen del amor.

La flor de loto crece en aguas pantanosas y nos recuerda que a pesar de las circunstancias, incluso en los momentos y lugares que puedan parecernos más hostiles, podemos crecer y elevarnos dando lo mejor de nosotros mismos, haciendo de cada experiencia un aprendizaje.

Permítete florecer y abrirte al mundo.